Educación: aprender y compartir proyecto
Cada persona posee su método de aprendizaje, el
apropiado dadas sus características de inquietud, paciencia, capacidad
de concentración, de memorización, de síntesis, de análisis, de
comprensión, de interés, de concreción, de materialización… Pero hasta
hace poco tiempo la enseñanza se daba mayoritariamente a través de un
solo método: el de la memorización. Y así, en muchos casos, los
aprobados dependían en gran medida de la capacidad de retentiva de los
alumnos. Igualmente, en el área de las ciencias, las intervenciones
eran unilaterales, de manera que se aprendía porque sí, sin llegar a
saber casi nunca cómo podrían aplicarse en lo cotidiano, paralizándose
el potencial de reflexión, creatividad e ingenio del alumno. De esta
forma, muchos chicos y chicas que parecieron no poseer grandes dotes
para el aprendizaje, pasaron desapercibidos o peor aún, fueron
descalificados, cuando quizá poseían un gran potencial que nadie supo
descubrir por no saber cómo enseñarles a aprender.
Cuando se firmó la Declaración de Bolonia, se cruzaron críticas a favor y
en contra, fundamentalmente sobre la manera en la que se habían
asentado las bases que según esta declaración, aseguraban una mejor y
mayor calidad en la enseñanza, tanto por parte del alumno como por parte
de los profesores. El aprendizaje basado en proyectos y el uso de las
TICs como herramienta básica para fomentar la comunicación y el manejo
de la información con el objetivo de potenciar en el alumno las
capacidades indispensables para su integración en el mundo y en la vida,
así como la necesidad de asegurar su autonomía a la hora de elaborar
sus propios juicios ateniéndose a hechos reales pero permitiéndoles un
espacio de reflexión en el que poder desarrollar sus talentos creativos,
pretendían hacer llegar a los alumnos la idea de que, ahora sí, Europa
estaba preparada para recibir sus aportaciones y crecer acompañados de
ellas.
Entre la complejidad que el proceso educativo posee y las múltiples reformas que nuestro sistema ha padecido, el Aprendizaje Basado en Proyectos, parece un soplo de aire fresco y una llamada a la esperanza no solo por el aprovechamiento de la enseñanza en sí, sino más y mejor, por el de las capacidades individuales que cada alumno posee y las capacidades docentes y humanas que sus profesores son capaces de aplicar para ese fin. Porque, que nadie se lleve a engaños, esta nueva forma de aprender es además una nueva forma de enseñar: alumnos y profesores están embarcados en una aventura en la que no siempre han creído a partes iguales, pero en la que comparten un amplio y novedoso espacio para descubrir juntos.
Los profesores del
IES Jaranda lo saben muy bien y utilizan con frecuencia la palabra
“desaprender” para contarme como transcurre su jornada ahora que aún
están en la primera parte del proceso. Y es que, cuesta arrancar de la
costumbre la certeza de que cuando queramos recordar, repasar o
aprender en el último minuto, ahí estará el libro con su literalidad
para sacarnos del aprieto. Retirar el libro de texto, aún cuando a
muchos les resultaba aburrido e incluso desconocido, generó el mayor de
los obstáculos porque al menos tenían la posibilidad de utilizarlo en
algún momento. A cambio se les dio la oportunidad de participar en el
proceso del conocimiento, de modo que cada uno pudiera abordarlo desde
la perspectiva que más y mejor les facilitara el aprendizaje.
De esta manera, aunando técnica, tecnología, estrategia, paciencia,
capacidad de motivación, entre otros muchos recursos, se intenta que al
mismo tiempo que aprenden las materias, los alumnos desarrollen y
potencien interés, curiosidad, seguridad en ellos mismos, pensamiento
crítico, empatía, dotes de comunicación, creatividad, etc. Un reto tan
ambicioso, como coherente que pone de manifiesto la valiosa e
indispensable aportación del docente a la sociedad del conocimiento que
Europa quiere crear.
Los contenidos didácticos son
indispensables para el desarrollo del individuo en muchos sentidos, sin
duda. El aprendizaje basado en proyectos garantiza que al mismo tiempo
que los aprende sepa como aplicarlos a su vida real y cotidiana y le
propone oportunidades para validar su potencial humano, tanto si lo
conoce como si no. Los profesores que trabajan con este aprendizaje ven
al alumno de forma mucho más respetuosa con el ser humano y sus
derechos; lo ven como las personas que son ya en ese momento, sus
circunstancias, sus capacidades de superarlas o aprovecharlas, su
potencial para desarrollarse el día de mañana conforme a sus
posibilidades, sus deseos, sus ambiciones. Les ayudan a ser tolerantes y
a serlo ante la frustración, a respetarse a sí mismos y a los demás.
El aprendizaje basado en proyectos se apoya en el derecho a ser todo
lo que se puede y se quiere ser. Pero por sí mismo, el método no lo
conseguiría. Son sus profesores quienes aceptan este importante reto que
más tarde, no lo olvidemos, tendrá una repercusión en nuestra sociedad.
Y así, los alumnos recogen estas oportunidades y tratan de darles
sentido en la realidad que ahora tienen más a mano.
Con esta completa metodología, en la que las actividades que fomentan el
crecimiento y la evolución personal son otro de los pilares, los
alumnos y alumnas del IES Jaranda, se han sumado junto a sus profesores a
un proyecto de relación intergeneracional con una Residencia de
ancianos basada en el Cohousing, -Servimayor- con los que se relacionan
de una forma sincera, altruista, y voluntariamente cercana con las
personas que allí viven. Esta admirable actividad ha provocado una
mejora objetiva en el ánimo de los mayores que repercute positivamente
en su día a día. Observando este respeto que muestran estos jóvenes más
allá de la edad, más allá de los contenidos didácticos de un libro de
texto, una se da cuenta de lo que un buen profesor significa en nuestras
vidas y de lo que aportan a veces casi de manera silenciosa, a la
sociedad.
Profesores como Ignacio, Álvaro, Javier,
Chelo, Manuel, y como José Francisco un profesor de matemáticas que se
adelantó 30 años y quiso dar a sus alumnos de COU algo más que
derivadas e integrales de pizarra. A ellos, a todos los profesores que
han buscado sacar lo mejor de la mejor manera, las gracias más sinceras
aunque quizá nunca lleguen a saber hasta qué punto del camino y durante
cuánto tiempo más, han sido importantes compañeros de sus alumnos.
Artículo de Maribel Maseda en eldiario.es: "Educación: aprender y compartir proyecto"
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