"Los másters de dos años los hará quien pueda pagarlos, y eso rompe la igualdad de oportunidades"
Tiempos movidos en la universidad española. El último cambio normativo aprobado
por el Ministerio de Educación –por el que se abre la puerta a que los
grados duren tres años y los máster dos, en vez de los cuatro y uno,
respectivamente, que tienen ahora– ha agitado a los rectores, que a los
tres días decidieron darse una moratoria de tres años para aplicar el
cambio. Pero no es el único frente abierto que tiene la universidad, que
se encuentra en una encrucijada financiera, con unas tasas crecientes,
becas menguantes y un futuro incierto.
Juan Julià,
vicepresidente ejecutivo de la Conferencia de Rectores de las
Universidades Españolas (CRUE), explica por qué les preocupa la reforma
propuesta por el Gobierno y los retos a los que se enfrenta la
universidad.
¿Por qué se opone la CRUE al cambio que propone el Gobierno?
En principio, dado que se hace con carácter abierto y flexible y lo
pueden adoptar de forma voluntaria las universidades, es una medida
aceptable. Pero primero conviene estudiar el resultado de la estructura
curricular de este momento, cómo está evolucionando y cómo puede afectar
a la calidad académica de la oferta universitaria y a la igualdad de
oportunidades de los estudiantes, independientemente de su nivel
económico. Se ha acordado una moratoria para que no se presente a
tramitación antes de septiembre de 2017 ningún plan de estudios nuevo.
Creemos que es un tema importante como para estudiarlo de forma amplia:
que están haciendo los países nuestro entorno, qué efectos puede tener
en la economía de las familias... Que se oferten títulos con diferentes
duraciones llevaría a la confusión a los ciudadanos y las familias. Esto
son debates que hay que estudiar bien. Pero vemos que el cambio puede
ser positivo para algunos títulos.
Se ha referido a cómo puede afectar a las familias. ¿Creen, contra lo
que dice el ministro de Educación, que la reforma puede encarecer los
estudios?
Lo importante para las
universidades es hacer las cosas bien. Pero también preservar la
igualdad de oportunidades. En un país que se plantea cada vez más que
para acceder a un puesto de trabajo hace falta mejor formación, y que
tenemos que mejorar la adquisición de competencias, a todo el mundo se
le puede ocurrir que lo mejor no es restar años. Otro planteamiento es
que en lugar de tener esos contenidos en cuatro años tengamos un grado
de tres y se traslade el máster a dos años. ¿Quién hará los máster?
Quien tenga la capacidad económica. Hay que preservar la igualdad de
oportunidades. A las familias les llama la atención que un ministerio
que ha permitido elevar las tasas se preocupe ahora por ahorrarles
dinero.
Tampoco parece sorprendente que una Comunidad
Autónoma que se ha mostrado favorable a este decreto [Cataluña] sea
precisamente la que más ha elevado los precios y los máster. Estas cosas
hay que hacerlas con rigor y no correr el riesgo de pensar que porque
en nuestro entorno tienen estructuras del 3+2 hay que hacerlo. Y que no
nos pase algo que ya nos ocurre a veces, que cuando nosotros vamos otros
vuelven.
Pero el ministerio
argumenta que esta reforma es precisamente para converger con Europa.
¿Ahora ellos están volviendo a los cuatro años?
Los países se plantean como nosotros que en algunas titulaciones pueden
son mejores los grados de tres años. Hace poco nos impusieron el 4+1, y
no queremos que de golpe y porrazo se imponga otro modelo. Cuando vamos
a hacer cambios normativos hay que estudiar los efectos de la anterior
norma. Es verdad que hay países que como nosotros se están planteando
modificar su estructura. En Alemania hay grados de tres y cuatro. En
Francia la mayoría son de tres. Las grandes universidades de EEUU son de
cuatro. No defendemos ninguna estructura frente a otra.
Y sin embargo, el Gobierno acusa a los rectores de inmovilismo.
De eso nada, todo lo contrario. Las universidades se han adelantado a
algo que debería haber hecho la administración, que es estudiar la
situación a nivel internacional. Convocamos un seminario con uno de los
mayores expertos universitarios para que nos plantee el estado de la
cuestión a nivel internacional y que nos haga una valoración externa
independiente para hacer una reflexión.
¿Creen que el Gobierno está planteando con estos cambios una reforma
encubierta de la universidad, tal y como sostienen algunos sectores
educativos como los sindicatos?
No ha habido
una verdadera reforma. Se han hecho cambios que no tengo claro que
hayan mejorado nuestras universidades, pero no creo que se pueda llamar
reforma. Porque la reforma empieza por dar respuesta a las tres claves
para mejorar un sistema universitario. Primero la suficiencia
financiera, necesitamos un marco plurianual. ¿Cómo va a haber autonomía
si cada año hay que negociar la financiación? Un marco moderno, que
premie logros y éxitos.
La segunda es la captación de
talento y retención. ¿Cómo la vamos a hacer si no podemos contratar con
el lastre de la tasa de reposición [sólo se reponen uno de cada dos
funcionarios que se jubilan, y hasta este año eran uno de cada diez]? Se
habla de la endogamia universitaria como un problema pero, ¿cómo vamos a
fomentar la mayor movilidad sin recursos? Tienen que ser cambios para
mejor. Sólo hemos hecho unas normas que regulan más la universidad y han
añadido poco valor.
En tres años de Gobierno del PP
los estudios universitarios se han encarecido para los alumnos por la
subida de las tasas, la caída de la cuantía de las becas... ¿Se van a
encarecer más?
Ese es un debate que
planteará la ciudadanía. Hay países que han optado por considerar que el
beneficiario de la formación académica es el individuo e intentan que
sea él o su familia quien la financie. Es el modelo anglosajón. Pero
también este modelo se ayuda de un sistema de becas que llega a veces al
75% de la población. Luego hay otra corriente que sostiene que la
formación beneficia al conjunto de la sociedad y entiende que debe haber
una política pública importante y unos precios bajos. Es el modelo de
Francia, Escandinavia, Italia o Suiza, que tienen unas tasas más baratas
que las españolas.
Hay que hacer este debate. Por
ejemplo, nos podemos plantear que lo mejor para el país es tener alguna
universidad entre las 100 mejores. Y otros pueden pensar que es mejor
tener a muchos estudiantes en buenas universidades. España tiene el 80%
de sus universidaes públicas en el top 1000 del mundo. Si hablamos de
unas 20.000 universidades, tenemos al 80% de los estudiantes en el rango
del 5% de las mejores universidades del mundo. ¿Qué prefieren los
ciudadanos? Esto es una cuestión de Estado.
Hablando de financiación, hay un cierto temor en algunos sectores de
que acabemos llegando más temprano que tarde a un modelo anglosajón de
préstamos bancarios que dejan a los estudiantes con una gran deuda
bancaria nada más terminar los estudios. ¿Es un temor real?
Quién sabe cuál será el resultado electoral de las próximas elecciones y
cuál será la filosofía del Gobierno resultante. El informe de expertos
del ministro Wert señalaba que España dedica la mitad que otros países a
ayudas de estudios. Por eso creo que es bueno si nos enfrentamos a un
proceso electoral, que la ciudadanía pida a los partidos políticos
explicaciones sobre qué van a hacer, cuál es su modelo. Que lo digan
abiertamente.
Se deduce de sus palabras que sí comparte este temor si el PP gana de nuevo.
Yo no quiero ser quien lo diga. Seguramente se les preguntará qué van a
hacer con la educación pública, si más universidades públicas,
privadas, un sistema plural, si se mejora la política de becas... Hay
que analizar lo que ya ha pasado. Hay cosas evidentes, como que hace más
de 15 años que no se crean universides públicas y sin embargo sí hay
más de una veintena de privadas nuevas. Es un tema a valorar. Es bueno
un sistema plural, pero siempre habiendo una parte importante de
instituciones públicas.
¿Hay demasiados universitarios? ¿Demasiadas universidades?
En absoluto. A veces me preocupa ciertas afirmaciones que se hacen.
España tiene un problema: tiene un buen colectivo de jóvenes que ni
estudia ni trabaja. España tiene un porcentaje de cohorte de edad
universitaria que se corresponde con la media OCDE. Ni más ni menos. No
sobran universitarios. Hace falta que haya muchachos y muchachas que
estén en el sistema educativo. Eso es lo dramático. ¿Sobran
universidades? En EEUU hay una universidad pública o privada por cada
90.000 habitantes. En Reino Unido hay una por 250.000. En España una por
500.000. El tamaño medio está por encima de las grandes del mundo. ¿Que
hay problemas de ordenación de títulos? Sí, pero es un problema que se
está corrigiendo.
En 2008 había un 17% de títulos en
las universidades que ni siquiera tenían 20 alumnos de nuevo ingreso.
Hoy son sólo el 7,5%. Bolonia nos ha llevado a una mayor eficiencia con
algunos primeros cursos transversales para varios títulos. Hay que hacer
cambios en la universidad y los rectores lo saben. Pero la mejor
universidad es la que tenemos ahora. En la primera década de los años
2000 triplicó su producción científica. Tenemos una docena de
universidades en los rankings internacionales más
conocidos. Tenemos 23 universidades con alguno de sus institutos,
centros, etc. que se situarían entre los 100 mejores del mundo.
Entrevista de Daniel Sánchez Caballero en eldiario.es: "Los másters de dos años los hará quien pueda pagarlos, y eso rompe la igualdad de oportunidades"
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